ESTILO DE LIDERAZGO CENTRADO EN LAS PERSONAS
Un estilo de liderazgo potente es el que se apoya en las personas, el que pone el foco en las necesidades que tienen respecto a la organización y la los objetivos que se plantean.
Los individuos son los protagonistas de cualquier cambio, actores principales que potenciados y soportados por el líder ponen su energía para desarrollar las acciones necesarias para provocar esa pequeña revolución que supone nuestra actividad.
A menudo los responsables se centran en los objetivos propuestos, poniendo el énfasis en los tiempos, en los recursos materiales y en otros aspectos que que no dejan descubrir que los flujos de relación entre las personas del equipo son básicas para el éxito del proyectos.
Greenleaf, entre otras, identifica las siguientes competencias o habilidades en el líder al servicio:
- Escucha. El líder tiene la habilidad y el compromiso de escuchar profundamente, poniendo la intención en entender al otro, no solo lo que dice, sino también cómo se siente, qué necesita, con qué intención dice lo que dice.
- Empatía. El desarrollo de una escucha profunda produce un incremento de la empatía, de la capacidad para conectarse con los demás, para generar aceptación y reconocimiento.
- Genera conciencia. El líder que tiene conciencia de sí mismo conoce sus fortalezas y sus limitaciones, sus aciertos y sus errores. Esto le permite ser más compasivo con los demás y ayudar a otros a hacerse más conscientes de sí mismos.
- Sanador. Seguramente la competencia anterior ayuda a desarrollar una cierta habilidad para generar transformación en uno mismo y en los demás, lo que permite gestionar y resolver conflictos tanto personales como grupales.
- Influencia. Un líder al servicio confía más en la influencia y en su capacidad para generar impacto, que en la autoridad que su posición le confiere.
- Visión. El líder al servicio sabe visualizar “la jugada más grande” y es capaz de desarrollar grandes sueños para sí mismos y para sus equipos. Esta capacidad le permite pensar más allá de los problemas cotidianos y actúa como movilizadora de grandes energías.
- Previsión. Algunas de las cualidades anteriormente descritas, como la autoconciencia, la capacidad de escucha o la capacidad de visión, permite al líder al servicio extraer lecciones del pasado, entender realidades del presente y anticipar consecuencias probables en el futuro. Esto tiene que ver también con la capacidad para desarrollar una “mirada sistémica”, más global que el análisis tradicional de causa-efecto.
- Administración. El líder al servicio se convierte en un depositario confiable para la administración de algo que le ha sido dado en confianza, ya sea una conversación íntima, la responsabilidad de llevar a cabo un proyecto o el compromiso de supervisar un plan de acción para el desarrollo de un colaborador.
A menudo los responsables se centran en los objetivos propuestos, poniendo el énfasis en los tiempos, en los recursos materiales y en otros aspectos que que no dejan descubrir que los flujos de relación entre las personas del equipo son básicas para el éxito del proyectos.
9. Compromiso con el crecimiento de la gente. El líder al servicio está profundamente comprometido con el crecimiento de las personas, entre otras cosas, porque sabe que las personas tienen la posibilidad de mejorar, de cambiar, de crecer y porque sabe de su propia capacidad para estimular el aprendizaje y el cambio.
10. Construcción de una comunidad. El líder al servicio sabe cómo hacer para integrar a las personas, valora la aportación particular de cada uno. Lejos de provocar envidias o situaciones injustas, sabe resolver y gestionar los conflictos y hace que el equipo madure y que cada uno aporte lo mejor de sí mismo.
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