¿Cuántas veces te paras a pensar durante el día en ti, en lo que necesitas, en lo que te ayuda a ser más feliz, en tus deseos, en tus sueños, en tus pequeños caprichos?
A menudo somos el último “mono” porque tenemos miedo de estar a solas con nosotros mismos y hacemos que lo que nos preocupe sean los demás y con los demás nos abandonamos a nosotros mismos y vemos cómo se aleja ese niño que siempre hemos sido, o ese frustrado aventurero, o ese amor que vemos imposible.
Si queremos hacer felices a los demás -una idea “loca” pero maravillosa- debemos ser felices nosotros primero, atendiendo nuestras necesidades e intentando vivir la vida que deseamos.
¿QUÉ TE OFRECE EL CEC?
¿QUIERES INFORMACIÓN?