El pasado viernes 1 de octubre tuvo lugar la segunda masterclass de nuestro ciclo de Maestros de la Intervención Sistémica. En esta ocasión pudimos escuchar a Philippe Bailleur y verle trabajar en directo con un caso real.
Philippe es coach MCC por la International Coach Federation. Es además coach sistémico, consultor organizacional y uno de los mayores expertos en trauma aplicado al mundo de las empresas.
Es autor de varios libros sobre coaching sistémico, entre otros, el más conocido es “Stuck: trabajando con el trauma en las organizaciones”. Este libro fue reconocido en Holanda como el mejor libro de Management del año.
En su presentación, Philippe nos dejó algunas maravillosas píldoras que os comparto, para vuestra reflexión:
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Una organización con trauma “pierde” sus recursos y el resultado es que no se adapta, tiende a atascarse, se colapsa.
2 Una organización libre de trauma tiene la resiliencia suficiente como para regenerarse y adaptarse ante situaciones complejas y esto puede verse o percibirse con facilidad. Una organización con trauma “pierde” estos recursos y el resultado es que no se adapta, tiende a atascarse, se colapsa. Esto también puede percibirse y muchas veces es el origen de una intervención sistémica.
3 Trabajar el trauma en las organizaciones requiere de ciertas habilidades. El error más frecuente es querer ir demasiado rápido. Se requiere un ritmo adecuado para facilitar que el proceso se despliegue paso a paso, capa a capa. Es muy difícil hacer este trabajo desde dentro, normalmente se requiere de la ayuda de alguien que venga de fuera, que tenga formación sistémica y una mirada global, con capacidad para crear el espacio de trabajo adecuado, que pueda intervenir sin verse afectado por la propia intervención.
Se requiere de la ayuda de alguien que venga de fuera, que tenga formación sistémica y una mirada global
4 El coach sistémico debe hacer un trabajo personal de autoconocimiento para conseguir colocarse en el lugar adecuado. El rol de “salvador” no encaja bien en este trabajo. “El salvador –nos dijo– es alguien que tiene a su perpetrador en la sombra y por tanto no puede abrazarlo, que es precisamente lo que se necesita”. Se refería al modelo del triángulo dramático de Karpman de la víctima-salvador-perpetrador. Todos ocupamos todos los ángulos del triángulo de manera dinámica, aunque no siempre seamos conscientes de ello. Todos tenemos una parte de perpetradores que necesitamos “sacar de la sombra”, reconocerla y abrazarla para poder trabajar después con nuestros clientes y acoger también en ellos cualquiera de las posiciones en las que se encuentren enredados.
Todos tenemos una parte de perpetradores que necesitamos “sacar de la sombra”, reconocerla y abrazarla para poder trabajar después con nuestros clientes
5 Se puede identificar trauma a nivel individual, a nivel colectivo y a nivel sistémico. El trauma individual es el experimentado por una persona que vive una experiencia traumática (la muerte de un ser querido, por ejemplo). El trauma colectivo se produce cuando un número de personas se ve afectada por un mismo hecho traumático (por ejemplo, un atentado terrorista, una situación de guerra, etc.). El trauma sistémico es el más invisible de los tres, a menudo tiene su origen en un evento ocurrido en el pasado y es capaz de permanecer en el sistema durante mucho tiempo, incluso cuando no quedan testigos de ese evento. El trauma sistémico se instala en un espacio invisible e intermedio que no se puede tocar, pero se puede percibir. Afecta a los sistemas y por tanto a las empresas, y lo encontramos sobre todo en el canal relacional, en el “entre”, ese espacio en el que se construyen las relaciones y se genera la comunicación, en el “cableado” que conecta a las personas.
El trauma sistémico se instala en un espacio invisible e intermedio que no se puede tocar, pero se puede percibir.
6 Diferentes estudios han demostrado que las organizaciones con un “cableado relacional” pobre, es decir, aquellas que tienen menos interacción entre sus miembros y una comunicación de menor calidad, resultan menos confortables para las personas. Y lo que es más importante, ofrecen resultados más pobres a nivel empresarial. Por el contrario, las empresas con un “cableado relacional” más complejo y rico, con más interacción y comunicación de mayor calidad entre sus miembros, generan espacios de mayor bienestar y también mejores resultados. Es decir: la calidad del “cableado relacional” impacta en el bienestar de las personas y también en el resultado de las compañías.
Las organizaciones con un “cableado relacional” pobre, es decir, aquellas que tienen menos interacción entre sus miembros y una comunicación de menor calidad, resultan menos confortables para las personas
7El liderazgo, la organización, los procesos, influyen en el “tipo de cableado” que se activa o desactiva en las organizaciones. Por ejemplo, una organización muy estructurada, con un organigrama muy claro, con reglas muy definidas, genera menos interacción, los diferentes departamentos tienden a convertirse en pequeños silos. Lo que a priori podría parecer un sistema de trabajo más efectivo, en realidad genera un cableado más pobre y en consecuencia, menos bienestar en los equipos y peores resultados en la organización. En el otro extremo, una empresa que, por ejemplo, esté en proceso de creación y todavía no tiene muchas reglas o procesos, tendrá mucha más interacción, más conversaciones, más espacios para negociar, debatir, llegar a acuerdos… y esto va a generar un cableado relacional más rico.
Una organización muy estructurada, con un organigrama muy claro, con reglas muy definidas, genera menos interacción.
8 Trabajar en el cuidado del cableado relacional es como trabajar en el alma de la casa. En realidad es un trabajo muy humilde que nadie nota cuando funciona, pero que todo el mundo echa en falta cuando no se hace correctamente. Muchos líderes no son capaces de entender lo que es el cableado relacional ni de valorar lo que aporta. Es una actividad con muy poca visibilidad que para muchas empresas parece no tener valor y esto hará que paguen un alto precio. Cada vez hay más empresas que entienden la la importancia del cableado relacional y que pueden honrar el trabajo invisible pero fundamental del cuidado de las relaciones.
Necesitamos adquirir distinciones sistémicas, conocer los principios, dominar los patrones y desarrollar una mirada sistémica que nos permita abrir y sostener espacios de aprendizaje cada vez más transformacionales.
Después de esta intervención, Philippe trabajó con un cliente que nos trajo un caso real. Esta parte de la sesión, por motivos obvios de confidencialidad, no puedo compartirla. Lo que puedo compartir es mi reflexión final, como coach: Necesitamos adquirir distinciones sistémicas, conocer los principios, dominar los patrones y desarrollar una mirada sistémica que nos permita abrir y sostener espacios de aprendizaje cada vez más transformacionales. Y así acompañar a nuestros clientes a lugares más profundos y a resultados más eficaces
Desde estas líneas, quiero invitarte a participar en la siguiente Masterclass online con Yvonne Lenis que estará con nosotros el 26 de noviembre. Una nueva oportunidad de ver trabajar en vivo a una de las grandes figuras del Coaching Sistémico. Y por supuesto, si te interesa la perspectiva sistémica, a que consultes nuestro Programa de Especialización en Coaching Sistémico.
Javier García de Diego
Javier es Coach ACTP y Coach Sistémico por el Centro de Estudios del Coaching.
Actualmente colabora en el CEC como Coordinador de las Masterclass Sistémicas