EL CUERPO GENERA SER

por Sofía Víctor Mera

Año 2008, por fin había encontrado lo que quería ser, una nueva profesión que aparecía después de una etapa de búsqueda y que llegaba para quedarse en mi vida: el coaching.

Tras mi primera certificación incorporé muchas distinciones y aprehendí que somos observadores distintos (qué evidente y al mismo tiempo qué poderoso cuando lo in-corporas desde las tripas).

También aprehendí que nuestra particular manera de ver el mundo depende de nuestra historia, y de nuestra estructura de coherencia: lenguaje, cuerpo y emoción.

Esto eran las bases de mi formación, si bien la realidad es que profundizamos mucho en el lenguaje (narrativas, distinciones, declaraciones, juicios, etc.), algo en las emociones y casi nada en el cuerpo…

Empecé mi práctica profesional y después de un año trabajando como coach decidí seguir a uno de mis maestros, Rafael Echeverría, y me fui a Chile a formarme con él. Poco después, formé parte de su equipo acompañando y supervisando grupos de alumnos de España en sus programas internacionales de certificación.

A lo largo de esta formación en cada sesión/clase magistral se intercalaban experiencias corporales traídas desde la biodanza que fueron para mi un descubrimiento, una sorpresa, un ámbito que se escapaba 100% a mi control y que me traía información poderosa y sobre todo auténtica. La música, el movimiento en silencio, las miradas, los gestos, la respiración…

«Tras mi primera certificación incorporé muchas distinciones y aprehendí que somos observadores distintos (qué evidente y al mismo tiempo qué poderoso cuando lo in-corporas desde las tripas). «

Por supuesto confieso que atravesé ese momento de “pero… ¿qué hago yo aquí?…” que me llegó a veces en forma de vergüenza, otras de risa incontrolada y otras de miedo a lo que estaba, sin duda, fuera de mi zona…

Y cuando acepté el reto y me dejé llevar por las experiencias que me traía, se despertó en mi una curiosidad sin límites y un deseo de profundizar en lo que el cuerpo puede aportar a nuestra vida y a los procesos de transformación.

Y en eso estoy: investigando, aprendiendo, compartiendo, descubriendo y aplicando el poder del cuerpo.

Como coaches hemos aprendido a trabajar los juicios y creencias, a detectar los “modelos mentales” o los filtros que limitan nuestras posibilidades de acción. La buena noticia es que cambiando el cuerpo podemos cambiar nuestra biología y nuestros resultados.

Intervenir en el cuerpo nos abre un dominio desde el que nuestra “química” (niveles de adrenalina, cortisol, oxitocina, etc.) puede cambiar impactando en nuestro estado de ánimo y en nuestros juicios.

¿Para qué limitarnos al lenguaje cuando el cuerpo y la emoción son protagonistas y aceleradores de nuestros procesos de transformación?

Aquí os comparto un fragmento de una investigación realizada por Amy Cuddy Psicóloga Social y profesora en Harvard y os recomiendo su TED https://www.youtube.com/watch?v=Ks-_Mh1QhMc

“…Decidimos traer gente al laboratorio para un pequeño experimento. Estas personas, por 2 minutos, asumieron posiciones ya sea de poder o de debilidad. Y luego les preguntamos, «¿Qué tan poderoso te sientes? …Y les tomamos otra muestra de saliva.

Veamos lo que encontramos con la testosterona. Partiendo de su situación normal al llegar, los muy poderosos experimentan un incremento del 20%. Y los débiles una disminución del 10%.

Y ahora los resultados con cortisol. Los más poderosos experimentan un 25% de disminución, mientras que los más débiles un aumento del 15%. Esos 2 minutos conducen a estos cambios hormonales que configuran el cerebro, para hacerlo positivo, seguro, cómodo; o bien, sujeto al estrés, ya saben, que uno se siente como apagado. Todos conocemos esa sensación, ¿cierto? Parece ser que nuestras expresiones no verbales pueden regir cómo nos vemos a nosotros mismos. No solo a los demás, sino a uno mismo. También el cuerpo puede hacer cambiar la mente.”

Rafael Echevarría dice que el lenguaje es acción y la acción genera SER por lo que sostiene que el lenguaje genera SER.

El cuerpo nos abre posibilidades de acción y la acción genera ser, por lo que hoy me atrevo a sumar que el cuerpo genera SER.

¿Quién quieres ser?

¿Qué cuerpo necesitas para permitirte ser ese SER que quieres?

¿Cómo será tu respiración, tu postura, tu mirada, tu expresión facial?

¿Cómo caminarás cuando lo hayas conseguido?

Esculpe tu propio cuerpo, diseña el ser que quieres ser, elige los juicios que acompañarán a tu nuevo observador y siéntete artista, el artista de tu propia obra de arte.