Como coaches de equipos, nos encontramos constantemente con la realidad de que el conflicto es una parte inevitable de cualquier dinámica de grupo. Pero lejos de ser una barrera, el conflicto puede ser una palanca para el crecimiento si se maneja adecuadamente.
Nuestro trabajo consiste en ayudar a los equipos a entender que los desacuerdos no son algo que deben evitar, sino una oportunidad para profundizar en las relaciones, mejorar la comunicación y encontrar soluciones más innovadoras y acompañarles a dar esos pasos.
Cómo abordamos el conflicto en los equipos
En nuestra labor como coaches de equipos, vemos que muchos conflictos surgen por falta de comunicación efectiva, malentendidos o diferencias en la forma de abordar los desafíos. Algunas diferencias entre los miembros se convierten en conflicto abierto, y otras generan un clima de armonía artificial.
Sea un caso o el otro, lo que hacemos es proporcionar un espacio seguro donde los miembros del equipo puedan expresarse abiertamente, generando dinámicas de trabajo para que esas tensiones se conviertan en herramientas para crear algo positivo de la relación.
Somos facilitadores de cambios profundos en la manera en que los equipos interactúan y resuelven sus diferencias, enfocándonos en que los equipos desarrollen habilidades para manejar las situaciones difíciles.
Tipos de conflictos que acompañamos a gestionar
A lo largo de nuestra experiencia como coaches, hemos visto que los conflictos tienden a aparecer en formas específicas. Aquí te compartimos algunos de los tipos más comunes que abordamos, y cómo los manejamos desde nuestro enfoque:
1. La armonía artificial
Es muy frecuente que cuando un equipo no sabe cómo gestionar conflictos y no se tienen las conversaciones necesarias, se crea un ambiente de armonía artificial donde los miembros no resuelven las diferencias. Se estanca el crecimiento y los equipos se vuelven equipos de pensamiento único.
Fomentando que se cree un entorno de seguridad psicológica el equipo logra empezar a hablar de lo que les ocurre y llevarlo a acciones para crecer en la dirección correcta.
2. El disidente solitario
En ocasiones, una sola persona tiene una perspectiva distinta y se siente apartada o ignorada. Como coaches, nos aseguramos de que esa persona pueda expresar sus preocupaciones en un entorno seguro.
Fomentamos que el equipo escuche esa voz, para que esa diferencia de opinión se vea como una oportunidad de crecimiento y no como un problema. Ayudamos a transformar la voz del disidente en una fuente de nuevas ideas y mejoras para el equipo.
3. El combate de boxeo
Cuando dos miembros del equipo entran en un ciclo de conflicto, puede afectar la moral del grupo. Como coaches, intervenimos para facilitar una mediación entre ellos, sin tomar partido, pero ayudando a ver el conflicto desde otra perspectiva compartida. Nos aseguramos de que sean capaces de resolverlo, para que el equipo pueda seguir adelante sin barreras hacia su objetivo.
4. Facciones en guerra
En algunos casos, el equipo se divide en subgrupos que se enfrentan. En estos escenarios, nuestro rol es restaurar la confianza y fomentar la colaboración entre todos los miembros. Creamos oportunidades para que los grupos interactúen y trabajen juntos, eliminando la mentalidad de «nosotros contra ellos» y construyendo una visión común.
5. El juego de la culpa
A veces, los equipos caen en la trampa de buscar culpables cuando las cosas no salen bien. Nosotros, como coaches, facilitamos herramientas para que cambien el enfoque.
En lugar de señalar con el dedo, les ayudamos a centrarse en cómo mejorar y aprender de los errores tomando responsabilidad. La idea es mover al equipo hacia una mentalidad más proactiva y colaborativa, donde la responsabilidad compartida sea el eje.
6. Conflictos en empresa familiar
Los conflictos en empresa familiar tienen una mayor complejidad, ya que con frecuencia las decisiones no son del agrado de todos, generando conflictos que van más allá de lo profesional y que hacen más difícil solucionarlos sin que tengan un impacto negativo en la familia. Aparecen temas como el relevo generacional, los principios sistémicos de pertenencia, orden y equilibrio, patrones sistémicos, lealtades y deslealtades.
Nuestro enfoque para facilitar la resolución de conflictos
Cada equipo es único, y ajustamos nuestras intervenciones según la dinámicas que muestran. No obstante, hay varias estrategias clave que aplicamos con frecuencia para resolver conflictos de manera efectiva:
1. Escucha activa y sin juicios
Una de las herramientas más poderosas que utilizamos es la escucha activa. Fomentamos que los equipos se detengan y realmente escuchen lo que los demás están diciendo, sin interrupciones ni suposiciones. Esto genera un espacio de respeto mutuo y comprensión que reduce significativamente las tensiones.
2. Reglas del juego
Les acompañamos a que co-creen reglas del juego que les permitan gestionar sus conflictos de una manera sana, para poderse enfocar en el resultado colectivo.
3. Desarrollo de la inteligencia emocional
Trabajamos con los equipos para que comprendan y gestionen sus emociones, tanto individuales como colectivas. Esto es esencial para que los miembros del equipo puedan responder de manera constructiva, en lugar de reaccionar impulsivamente durante los momentos de tensión.
4. Creación de espacios para conversaciones difíciles
En lugar de que los equipos eviten los temas incómodos, los alentamos a enfrentarlos de manera abierta y honesta. Facilitamos esas conversaciones difíciles de una manera estructurada, no violenta y sana asegurándonos de que se enfoquen en la resolución y en el respeto mutuo.
5. Mediación de conflictos
Cuando hay un conflicto entre dos miembros de un equipo que impacta el desempeño colectivo, se hace un coaching de mediación entre los dos miembros para eliminar la barrera que impide al equipo crecer y lograr los resultados deseados.
6. Reenfoque en el propósito común del equipo
Cuando un equipo está sumido en el conflicto, puede perder de vista su objetivo común. Como coaches, ayudamos a redirigir la atención hacia el propósito compartido, la visión colectiva, unificando el propósito para que las diferencias personales pasen a segundo plano.
Cómo el coaching de equipos cambia la cultura de liderazgo en los equipos
Una de las cosas más gratificantes de ser coach de equipos es ver cómo el proceso de resolver conflictos transforma la cultura interna de un equipo. Los equipos que aprenden a gestionar el conflicto de manera efectiva no solo superan los desafíos inmediatos, sino que también se vuelven más resilientes y cohesionados.
El coaching no es una solución a corto plazo; es un proceso que cambia profundamente la forma en que los equipos funcionan. Al aprender a gestionar sus propios conflictos, los equipos no solo mejoran su rendimiento, sino que también se vuelven más ágiles y están mejor preparados para enfrentar cualquier reto que surja.
Si un equipo directivo lleva a cabo esta transformación, a su vez los miembros del equipo aplicarán lo aprendido para bajarlo en cascada a sus propios equipos, por lo que la cultura de liderazgo va cambiando hacia una cultura más sana, que crea empresas más inteligentes emocionalmente y por tanto, más exitosas.
Pilar García de Viedma
Coach MCC por la International Coach Federation.
Directora del Programa de Especialización en Coaching de Equipos.
Ha realizado estudios de especialización en Coaching Ejecutivo, Coaching de Equipos, Coach de Sistemas Relacionales y Organizacionales, Facilitación Sistémica, Master Coach en PNL, Liderazgo, Psicoterapia Gestalt, Psicoterapia Integrativa, Eneagrama y un largo etcétera (IESE, Escuela Europea de Coaching, IPG, Fundación Claudio Naranjo, ORSC, Talentum, John Grinder, Allan Santos, Joseph O´Connor, Robert Dilts, SCT Systemic, etc.).
Directora del programa Coaching de Equipos.