Me encontré con una amiga del instituto hace unos días. Clara y yo llevábamos años sin vernos y rápidamente nos pusimos al día. Entre las cosas que Clara compartió conmigo me llamó la atención la angustia que le provocaba una conversación pendiente que tenía con su compañera de trabajo.
Desde hace algunos meses su compañera tiene problemas en casa, su marido está desempleado, con una gran depresión y ella debe ocuparse de la casa, de los niños, de las compras, de las comidas y todo ello tele trabajando. Por lo que Clara me contó, esta mujer está viviendo una situación verdaderamente difícil y no cuesta mucho ponerse en su lugar y empatizar al 100%. Clara, es una persona generosa, amorosa y bondadosa con los demás y todavía más con aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Desde el primer momento, Clara, le dijo a su compañera que contara con ella, que la ayudaría en todo lo que estuviera en su mano. Pero esta ayuda, tomó dimensiones insospechadas… Clara lleva semanas al límite, tapando los errores de su compañera ante su jefe, dando la cara, resolviendo problemas y atendiendo incluso a clientes que no son suyos, haciendo horas extras porque no puede hacerse cargo de su trabajo y de los temas de su compañera. Clara, no puede más…
Mi amiga no puede soportar el dolor de su compañera y sigue haciéndose cargo de la situación.
Me contó que había intentado decirle que no podía seguir así, que necesitaba ayuda, que esta situación no es buena para ella, ni para su marido ni para sus hijos, pero su compañera siempre reacciona llorando, y dándole las gracias una y otra vez por su ayuda, repitiéndole que Clara es un ángel para ella.
Mi amiga no puede soportar el dolor de su compañera y sigue haciéndose cargo de la situación. Realmente nunca había visto a Clara tan agobiada y con tanta angustia, se debatía entre decírselo, en algunos momentos y en otros le daba tanta pena que pensaba que era mejor no decirle nada, por miedo a que empeorara la situación… ¡Díselo!, ¡No, mejor no se lo digas! Pensaba mi amiga cada día.
Le propuse a Clara que diseñara la conversación ideal que le gustaría tener con su compañera y que si quería yo podía ayudarla dándole algunas recomendaciones.
Una conversación difícil es retadora porque es emocional y las emociones siguen siendo nuestro Talón de Aquiles.
Tendemos a pensar que la emoción de la rabia y de la ira es un sentimiento negativo pero lo cierto es que en muchas ocasiones puede ser un gran aliado para ponernos en nuestro sitio e ir hacia lo que queremos
Como Coach me di cuenta de la necesidad tan grande que tenemos las personas de “Aprender a mantener Conversaciones Difíciles”. Nunca nos prepararon en el colegio, instituto o universidad para abordar conversaciones difíciles y retadoras. La realidad es que no tenemos recursos, no tenemos herramientas, y esto genera impotencia, sufrimiento y culpa. Una conversación difícil es retadora porque es emocional y las emociones siguen siendo nuestro Talón de Aquiles.
Seguramente al leer los párrafos anteriores te has sentido muy identificado/a con Clara y de su impotencia ante tal situación.
Vamos a ver algunos tips que podrían ayudar a Clara a mantener esta conversación;
1. Es crucial que identifique, en primer lugar, el para qué de la conversación: ¿para qué quiere Clara tener esta conversación con su compañera? Posiblemente para que su compañera se haga cargo y resuelva su situación, ¿verdad? Y así Clara no tendrá que hacer tantas horas y soportar trabajo extra que no le corresponde.
2. Debe además preparase a sí misma para esta conversación. Identificando la emoción en la que quiere mantener esta conversación. Transformando su pena y lástima por su compañera en compasión hacia la propia situación de ambas. Reconociendo también la rabia como motor que le permita poner límites y pasar a la acción. Tendemos a pensar que la emoción de la rabia y de la ira es un sentimiento negativo pero lo cierto es que en muchas ocasiones puede ser un gran aliado para ponernos en nuestro sitio e ir hacia lo que queremos. ¿Cómo podría Clara preparar su cuerpo y su emoción para sentir compasión y un grado de rabia suficiente que le permita decirle a su compañera que ya no quiere seguir así y que ha decidido poner un límite?
3. Clara por otro lado, debe elegir el contexto adecuado para mantener la conversación, quizás cara a cara pueda ser más fácil, quizás un momento en el que estén ellas dos solas tomando un café, donde ambas puedan sentirse a gusto y libres para poderse expresar.
4. Durante la conversación, es importante que Clara sea muy concreta y específica en explicarle a su compañera el impacto y cómo le hace sentir esta situación, el coste que está teniendo para ella y la necesidad de hacer algo al respecto. En este punto es necesario que Clara hable de sí misma y no de su compañera y de lo que ésta debe hacer. En definitiva, su compañera debe entender que necesita hacerse cargo de su situación y no depender de Clara.
5. Y por último, Clara, debe ser firme al transmitir que ya no se va a hacer cargo de las tareas de su compañera. Esta será la parte más difícil para Clara y a la vez donde podrá sentirse libre y sin carga. Podrá ofrecerle su ayuda de otra manera, desde otro lugar y con límites, desde un lugar sano para ambas.
Una conversación difícil es una conversación que nos reta en lo más profundo de nuestro ser. Desafía los miedos, nos hace enfrentar cara a cara aquello que tratamos de evitar y nos coloca en una situación delicada frente a los demás. Nos hace vulnerables, sin ningún tipo de garantías, porque atreverse a conversar no significa que la situación vaya a resolverse.
A veces, mantener una conversaciónes el detonante del fin de una relación con otra persona, pero el inicio de una relación saludable con uno mismo.
NURIA CARRASCO
Es Coach PCC (coaching individual y de equipos), formadora y supervisora en el CEC.
Licenciada en Ciencias del Trabajo (Universidad de Alicante)
Máster en Dirección de RRHH (Universidad de Alicante)
Ha realizado estudios de especialización en Coaching Ejecutivo individual, Coaching de Equipos, Coaching Corporal, Mentoring y Supervisión, Cuerpo y Movimiento, Neurociencia y neuroliderazgo, etcétera. (Escuela Europea de Coaching, Newfield Network, Menslab, etc.).