El duelo y la gestión de los cambios son procesos que todos experimentamos en diferentes momentos de nuestras vidas. El duelo no solo está relacionado con la pérdida de seres queridos, sino también con cualquier tipo de transformación significativa: cambios o pérdidas de trabajo, rupturas amorosas, traslados, etc.

Estos procesos, aunque dolorosos, son naturales y, cuando se manejan adecuadamente, pueden ser catalizadores de crecimiento y autodescubrimiento.

La curva del cambio de Elisabeth Kübler-Ross, que inicialmente se diseñó para entender las etapas emocionales del duelo tras la muerte de un ser querido, ha demostrado ser un modelo útil para entender cómo reaccionamos ante cualquier tipo de pérdida o cambio importante.

En el contexto del coaching, esta curva se convierte en una herramienta esencial para guiar a los clientes a través de los desafíos emocionales y psicológicos que surgen cuando enfrentan una transición.

¿Qué es la curva del cambio de Elisabeth Kübler-Ross?

El modelo de Kübler-Ross describe cinco etapas emocionales que las personas atraviesan cuando enfrentan una pérdida significativa. Aunque originalmente se utilizó para entender el proceso de duelo por la muerte, estas etapas se aplican igualmente a cualquier tipo de cambio que genere incertidumbre y dolor. Las cinco etapas son:

1. Negación
La negación es la primera etapa, donde la persona puede experimentar un estado de incredulidad o dificultad para aceptar la nueva realidad. En el contexto del coaching, la negación puede manifestarse cuando el cliente no quiere aceptar la realidad de un cambio, como perder un trabajo o enfrentarse a una nueva fase de vida que no habían anticipado.

2. Ira
En esta etapa, las emociones surgen con intensidad. La persona puede sentir ira, frustración o resentimiento. Las emociones pueden estar dirigidas hacia otros, hacia uno mismo o incluso hacia la situación misma. En el coaching, esta etapa puede ser una oportunidad para explorar cómo la ira está conectada con el sentimiento de impotencia o pérdida de control.

3. Negociación
La persona empieza a intentar encontrar formas de evitar o mitigar el cambio. Esta etapa se caracteriza por la búsqueda de soluciones, promesas o compromisos. En coaching, el cliente puede expresar deseos de «hacer un trato» con la situación, como si pudieran negociar una forma de revertir la pérdida o mejorar las circunstancias.

4. Depresión
Aquí, el cliente puede experimentar una profunda tristeza, desesperanza o agotamiento. En el proceso de coaching, es esencial permitir que el cliente pase por esta fase con el apoyo adecuado, ya que es una etapa de introspección y confrontación emocional. La depresión no significa necesariamente desesperación; es una oportunidad para revisar las emociones profundas y las creencias subyacentes.

5. Aceptación
Finalmente, la aceptación llega cuando la persona comienza a integrar el cambio y adaptarse a la nueva realidad. En coaching, esta etapa no implica resignación, sino el reconocimiento consciente de la situación y el compromiso con el crecimiento personal a partir de ella. La aceptación permite al cliente tomar acción en la nueva fase de su vida, con una nueva perspectiva.

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Aplicando la curva del cambio en el Coaching

El duelo y los cambios, ya sean por una pérdida o una transformación importante, pueden ser especialmente desafiantes para los clientes. El coaching puede proporcionarles el espacio y las herramientas necesarias para atravesar estas etapas de manera efectiva. Aquí hay algunas formas en que la Curva del Cambio puede ser aplicada en el coaching:

1. Reconocimiento de las emociones: Validación y Aceptación

El primer paso es validar las emociones que surgen en cada etapa del cambio. Los coaches deben ayudar a los clientes a reconocer que la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación son partes naturales del proceso. Esta validación permite que el cliente se sienta comprendido y respaldado y pueda acompañarle a transitar esa fase. El coach debe asegurarse de que el cliente se sienta escuchado y apoyado durante todo el proceso, sin apresurarse a “arreglar” las emociones del cliente.

2. Crear un espacio seguro para la exploración emocional

El coaching ofrece un entorno seguro para explorar emociones difíciles sin juicios. Las personas pueden sentirse abrumadas o solas al enfrentar el duelo o el cambio. El coach debe facilitar la exploración emocional, alentando al cliente a observar sus pensamientos y emociones sin miedo. Esto incluye crear una atmósfera en la que se les permita liberarse de la presión de alcanzar la aceptación de inmediato.

3. Explorar las creencias limitantes en cada etapa

En el coaching, se puede ayudar a los clientes a descubrir las creencias subyacentes que pueden estar influenciando su respuesta al cambio. Por ejemplo, en la etapa de negación, el cliente puede tener la creencia de que «esto no debería estar sucediendo». A medida que se avanza, puede aparecer la creencia de que «no puedo soportar este dolor», lo cual es común en la depresión. Explorar estas creencias permite que el cliente reestructure su pensamiento hacia una visión más flexible y abierta.

4. Fomentar la acción en la etapa de aceptación

Una vez que se ha alcanzado la aceptación, es importante que el coaching se enfoque en la acción práctica. La persona ya no está resistiendo el cambio, sino que está lista para comprometerse con el presente y con lo que viene. Aquí, el coach puede ayudar al cliente a establecer metas realistas y planificar el futuro, sin idealizarlo ni temerlo.

Herramientas y Estrategias para gestionar el duelo y el cambio en el Coaching.

Existen diversas herramientas y técnicas que los coaches pueden utilizar para ayudar a los clientes a gestionar el duelo y los cambios:

1. Dinámica – Curva del Cambio: Acompañar al cliente a transitar el lugar en el que se encuentra actualmente, las emociones, los miedos, las necesidades.

2. Diarios de reflexión: Animar al cliente a escribir sobre sus emociones y pensamientos puede ayudarle a procesar cada etapa del cambio. Escribir sobre la ira, la frustración o la aceptación puede proporcionar una salida emocional y ofrecer claridad.

3. Visualización: Ayudar al cliente a visualizar el futuro, tanto con el cambio como sin él, puede ser una herramienta poderosa para que se enfrente a la nueva realidad con mayor esperanza y compromiso.

4. Reestructuración cognitiva: Cambiar las creencias limitantes y desarrollar una mentalidad positiva es esencial en todas las etapas del cambio. El coaching puede ayudar al cliente a cambiar la narrativa interna y aceptar la transformación.

5. Encontrar recursos: Ayudar al cliente a recordar anteriores duelos o cambios, ver cómo se sentía, qué aprendizajes obtuvo en dichos cambios y qué recursos utilizó. Esto permite que el cliente al encontrar recursos pueda aplicarlos a este nuevo duelo/cambio.

6. Ejercicios de autocompasión: Durante la etapa de depresión, especialmente, el cliente puede ser muy crítico consigo mismo. Los ejercicios de autocompasión pueden ser útiles para que la persona se trate con amabilidad y comprensión, reduciendo la autocrítica.

*Si deseas saber más y te interesa este tema, no dudes en conocer nuestro programa de Herramientas y supervisión de coaching.

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Pilar García de Viedma

Coach MCC por la International Coach Federation.
Directora del Programa de Especialización en Coaching de Equipos.

Ha realizado estudios de especialización en Coaching Ejecutivo, Coaching de Equipos, Coach de Sistemas Relacionales y Organizacionales, Facilitación Sistémica, Master Coach en PNL, Liderazgo, Psicoterapia Gestalt, Psicoterapia Integrativa, Eneagrama y un largo etcétera (IESE, Escuela Europea de Coaching, IPG, Fundación Claudio Naranjo, ORSC, Talentum, John Grinder, Allan Santos, Joseph O´Connor, Robert Dilts, SCT Systemic, etc.).

Formadora del programa de Herramientas y supervisión de coaching.