Como coach creo profundamente en que no existe una verdad absoluta sino que “vivimos en mundos interpretativos” como dice Rafael Echeverría. Cambiando nuestras interpretaciones podemos ampliar nuestro mundo de posibilidades y por tanto nuestros resultados.
Sin embargo, a veces la cabeza no basta, el mundo del pensamiento y lenguaje se queda corto, la mente no para y, aunque racionalmente podemos llegar a ver otras opciones, nuestra emoción y nuestro cuerpo no lo sienten así.
Lo que me sorprendió desde el minuto uno del trabajo corporal (y me sigue sorprendiendo) es que cuando logro conectar con mi cuerpo, escucharle y atender sus señales, entonces se produce la magia, porque se acaban las dudas, aparece una sensación de certeza inequívoca que me coloca en la seguridad de saber qué camino tomar.
Cuando mi cuerpo me dice algo, se convierte para mí en LA VERDAD o mejor dicho MI VERDAD. Esto lo he experimentado también cuando utilizo el cuerpo en mis sesiones de coaching: cuando el coachee se conecta y escucha su cuerpo, el cambio de observador es pura magia sin explicación. ¡Es maravilloso ser testigo de ese momento!
El cuerpo nos revela lo que inconscientemente ya sabemos, el cuerpo sabe antes que nuestra cabeza solo que nadie nos ha enseñado a escucharlo y mucho menos a preguntarle. Cuando tú crees que no sabes, muchas veces TU CUERPO LO SABE.
Por eso hoy quiero compartir contigo un modelo corporal: Los 5 ritmos que puedes usar si quieres para escuchar y preguntar a tu cuerpo.
Gabrielle Roth diseñó este modelo basándose en su experiencia vital y profesional. Danzar los 5 ritmos es una manera de meditar en movimiento, callar la mente y dejar que el cuerpo se exprese.
Los 5 ritmos son como una metáfora de esos ciclos con unos nombres un poco raros:
Ritmo 1: Fluido
Imagina el fluido como lo que significa ser un bebé en el útero de su madre. Moviéndose suavemente y sintiendo confianza total con la vida.
Para entrar en este ritmo nos movemos con suavidad, agilidad, dejando que el cuerpo se exprese escuchando y atendemos nuestras necesidades y siendo receptivos a nuestro mundo interior y exterior.
Ritmo 2: Staccato
Imagina ese feto listo para salir a la vida, que empieza a pelear para salir al mundo.
Staccato es el poder de la energía masculina. Este ritmo rige nuestra parte guerrera, danzamos nuestro mundo lineal con brazos y piernas. Staccato es el maestro implacable de los límites.
Ritmo 3: Caos
El momento del parto es por ejemplo un momento de puro caos.
En Caos soltamos el cuerpo completamente: cabeza, columna, caderas y pies, moviéndonos más rápido de lo que podemos pensar. Al bailarlo practicamos el ir a lo desconocido sin temerle a lo que encontraremos. El caos es imprescindible en la vida antes de reconectar con un nuevo orden.
Ritmo 4: Lírico
Cuando nacemos, después del caos nos encontramos con un entorno totalmente nuevo que empezamos a explorar y descubrir. Ahora toca respirar.
Lírico es el arte de salir del Caos, es la danza del renacer, que nos invita a explorar el nuevo mundo. Lírico es un ritmo expansivo que nos conecta con nuestra humanidad, bailamos con pies ligeros, o como pájaros que vuelan por el aire aunque estamos arraigados y llevamos todo nuestro poder.
Ritmo 5: Quietud
Entrar en Quietud y no hacer nada son cosas completamente diferentes. La Quietud se mueve, tanto en nuestro interior como en el exterior. Nos movemos en cámara lenta, como maestros de artes marciales. Nos detenemos para que nuestro cuerpo quieto permita que se integre todo el movimiento y la experiencias vividas para convertirlas en aprendizaje.
Con la quietud llega el final, el fin de esta danza, el de este día, de esta relación, o de este ciclo. Y tras destilar los aprendizajes nos hacemos disponibles para comenzar limpios el siguiente ciclo. Cerrar para abrir…
Con esta pequeña descripción te invito a que te pongas en movimiento, a que dances los ritmos y te prepares para escuchar lo que te trae tu cuerpo.
Prepara un espacio donde puedas estar en intimidad, ponte cómodo/a y elige tu intención para esta danza. Puedes sencillamente experimentarla y listo, o a veces puedes entrar con una inquietud en mente y ver qué te muestra tu cuerpo.
A partir de ahí sumérgete en el movimiento sin juicios y sin expectativas. Lo que traiga estará bien…
Aquí te dejo una lista de Spotify:
Y por si te ayuda te invito a hacerte algunas preguntas después de tu danza:
-¿Cuál me vendría bien ahora?
-¿Cómo puedo traerlo más a mi vida?
-¿En qué ritmo están mis compañeros de viaje?
-¿Qué mensaje me ha traído mi cuerpo?
Conectar con el cuerpo es conectar con nuestra verdad más profunda, con nuestros recursos y nuestra sabiduría interna y a veces inconsciente. Cuando crees que no lo sabes, muchas veces TU CUERPO LO SABE y danzar los ritmos es para mí una manera de escucharme y de permitir a mi cuerpo que me revele mi verdad. Te invito a que te escuches y a que confíes en que Tu cuerpo lo sabe….
Sofía Víctor Mera
Coach, formadora y supervisora. Coach PCC por la International Coach Federation. Formada en Coaching Ontológico con Rafael Echeverría.
Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid.
Ha realizado estudios de especialización en coaching ejecutivo individual y de equipos, coaching sistémico, constelaciones, coaching corporal, inteligencia relacional, mentor coaching, etcétera. (Escuela ECORE de Rafael Echeverría, Newfield Consulting Newfield Network, de Julio Olalla, Escuela Europea de Coaching, Instituto Hellinguer de Holanda, Talentum, Desarrollo Sistémico Humano, IDDI, Hallos Relaciones, Menslab, etc.).
Facilitadora del Programa de Coaching Corporal en el CEC.