El impacto del coaching corporal en la gestión emocional
En 1995, el libro de Daniel Goleman, «Inteligencia Emocional», sacudió nuestra percepción sobre el mundo emocional al popularizar la idea de que las emociones desempeñan un papel fundamental en nuestra vida diaria y en el éxito personal y profesional.
Lo que hizo «Inteligencia Emocional» fue presentar investigaciones y evidencias convincentes de que las habilidades emocionales son muy importantes, e incluso a veces más importantes que las habilidades intelectuales tradicionales. Por fin, las emociones comenzaban a ocupar el escenario que les correspondía.
Durante mucho tiempo, las emociones fueron las incomprendidas. Había una especie de misterio y desprestigio acerca del mundo emocional, ya que todo giraba en torno al pensamiento y lo mental.
El famoso «Pienso, luego existo» dejó una huella profunda en nuestra concepción de la mente. De hecho, el neurólogo Antonio Damasio lo llamó “El error de Descartes” en su libro, y sigue explorando cómo nuestro cuerpo y emociones están entrelazados.
Damasio nos introdujo al concepto de “huella somática”, postulando que las emociones guían (o sesgan) nuestro comportamiento y nuestra toma de decisiones.
Entonces, si las emociones son el motor detrás de nuestras decisiones, y experimentamos y expresamos esas emociones en nuestro cuerpo, ¿por qué hemos dejado de lado el cuerpo en esta ecuación emocional?
En el mundo del coaching, hablamos de tres dimensiones clave para trabajar con nuestros clientes: lenguaje, cuerpo y emoción. Sin embargo, la mayoría de los coaches se sienten más cómodos en el dominio del lenguaje.
En el coaching corporal ayudamos a nuestros clientes a sintonizar con su cuerpo, a entenderlo y a gestionarlo para enfrentar sus desafíos.
¿Cuál es el proceso?
1. CONCIENCIA:
¿Cómo estás por dentro y por fuera? Este es el primer paso hacia el autoconocimiento y la autoaceptación.
¿Te has detenido a notar cómo se siente tu cuerpo mientras lees estas palabras? ¿Has prestado atención a tu respiración o a tu pulso? ¿Qué expresión tiene tu rostro en este momento? ¿Cómo están tus hombros? Sorprendentemente, todos estos aspectos influyen en cómo comprendemos y recordamos la información que estamos procesando.
La ciencia nos ha revelado algo fascinante: no tenemos solo cinco sentidos, ¡sino siete! Además de los cinco tradicionales, existen dos sentidos adicionales: la interocepción (que nos conecta con lo que nos ocurre por dentro) y la propiocepción (que nos brinda información sobre cómo está nuestro cuerpo por fuera, como la postura, los gestos y las sensaciones).
Según la neurocientífica Nazaret Castellanos, estos dos sentidos son auténticos campeones.
Es importante tener en cuenta que nuestro cerebro está constantemente atento a las señales que le envía nuestro cuerpo. Por ejemplo, si fruncimos el ceño mientras miramos el teléfono, el cerebro interpreta que estamos estresados o enfadados. Así que, si algo estresante aparece, nuestra amígdala se va a preparar para la acción.
Conocer cómo está nuestro cuerpo tanto interna como externamente nos da la capacidad de influir en nuestras emociones y comportamiento. Si no somos conscientes de ello, ¿cuántas oportunidades valiosas podríamos estar perdiendo?
En el coaching corporal, creamos espacios de exploración sin palabras, donde el movimiento, la danza y las posturas nos revelan mucho de nosotros mismos, información que de otra manera quedaría oculta. No hablamos de nuestro cuerpo, lo ponemos en movimiento.
Aprendemos a escucharlo y a sintonizar con un canal que a menudo está lleno de interferencias. Cuando dejamos que el cuerpo se exprese sin juicio, la verdad sale a la luz.
2. COMPRENSIÓN:
Escucha el mensaje de tu cuerpo, nuestro cuerpo se comunica con nosotros constantemente, nos susurra mucha información que muchas veces solo atendemos cuando nos grita.
Desarrollar nuestra conciencia corporal nos permite anticiparnos a la gestión emocional. Controlar la rabia cuando ya nos domina es una tarea difícil, pero si prestamos atención a la tensión en nuestro cuerpo, como la mandíbula apretada, o los hombros tensos, podemos anticiparnos a un conflicto en el que estar “tomados por la ira” no será de ayuda.
Conocer nuestros patrones corporales nos ayuda a entender algunos patrones de comportamiento que tal vez ya habíamos notado, pero que pensábamos que eran simplemente parte de quienes somos.
Reconocer nuestros repertorios corporales y nuestra postura habitual nos ayuda a identificar nuestros límites y nuestras posibilidades.
3. TRANSFORMACIÓN:
Esculpe tu cuerpo para diseñar tus emociones.
Para explicar esto vamos a tomar la historia de María.
María es una coachee que tiene dificultad en poner límites en su entorno familiar. Ella es la pequeña y tanto sus padres como sus hermanas tienen una energía tan fuerte que en su presencia acaba por ceder en decisiones que le corresponde tomar a ella.
María lo sabe, es consciente de ese patrón que se repite, incluso ha identificado creencias desde el lenguaje que le han supuesto una barrera a la hora de posicionarse (que si las lealtades, que si la traición a la familia, bla, bla bla), aun así le sigue pasando…
Cuando María se dio cuenta de esto, buscó trabajarlo de otras maneras y entrenó con su cuerpo la conexión con la rabia, con la confianza y la determinación para sostener su posición.
Conectar con esa parte suya de determinación y seguridad desde el cuerpo le ha permitido sostener declaraciones desde el lenguaje como el “hasta aquí” o el “la decisión la tomo yo”.
A través de nuestro cuerpo podemos diseñar nuestras emociones.
¿Qué emoción necesitas desbloquear? ¿Cuál te gustaría tener más a mano para lograr tus objetivos? ¿Qué corporalidad se encargará de mandarle a tu cerebro el mensaje que necesitas?
Recuerda que el primer paso es ser consciente, así que empieza a entrenar: ¿Cómo está tu cuerpo ahora tras leer esto? ;)
¡Si sientes curiosidad por este apasionante tema y deseas explorarlo en profundidad, te invitamos a unirte a nuestros eventos especiales gratuitos en septiembre y octubre, donde nos sumergiremos en el mundo del coaching corporal!
Encontrarás todos los detalles sobre estos eventos en esta newsletter. ¡Te esperamos!
SOFÍA VÍCTOR MERA
Sofía es codirectora del Programa de Especialización en Coaching Corporal. Es Coach PCC por la International Coach Federation. Formada en Coaching Ontológico con Rafael Echeverría. Especializada en Cuerpo y movimiento por Newfield Network. Es Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y ha realizado estudios de especialización en coaching corporal, Leadership Embodiment, Inteligencia Relacional, MentorCoach, PNL, etcétera.
Codirectora del Programa Coaching Corporal en CEC.