Hoy os voy a hablar de uno de mis autores favoritos, un caballero de las letras, sociólogo y doctor en filosofía, uno de los padres del coaching y al mismo tiempo uno de sus principales referentes por la profundidad de sus aportaciones, por su ética, su encuadre teórico y por lo mucho que nos hace pensar siempre que nos asomamos a sus textos.

Para todos ustedes: Rafael Echeverría.

EL POTENCIAL TRANSFORMADOR

El señor Echeverría, nos habla de muchos conceptos, muchísimos, pero voy a ir haciendo una selección y hoy me gustaría empezar por la reflexión que hace cuando nos habla del inmenso potencial transformador del que disponemos todos los seres humanos por el hecho de ser humanos.

Todos nosotros, como especie, tenemos acceso a una enorme capacidad de transformación y el coaching es una disciplina que lo facilita.

Echeverría nos interpela al decirnos que nuestro desempeño está muy por debajo de nuestro potencial, que tenemos recursos que desaprovechamos, que como seres humanos tenemos un compromiso con el desarrollo, con el despliegue de nuestras capacidades.

Y ahí está el coaching para ayudarnos en ese proceso de crecimiento a separar la paja del grano, a diferenciar lo importante de lo urgente, a poner foco, a potenciar nuestras fortalezas, a pasar a la acción y probar cosas nuevas…

Todos nosotros, como especie, tenemos acceso a una enorme capacidad de transformación y el coaching es una disciplina que lo facilita.

Ese potencial transformador puede repercutir sobre tantos ámbitos de nuestra vida, que ni los que hemos vivido la experiencia de un proceso de coaching podríamos describir fácilmente.

Con el coaching podemos mejorar relaciones o pasar página, podemos atrevernos a nuevos retos laborales, más acordes a nuestro deseo y a nuestros talentos.

Podemos diseñar conversaciones más eficaces, aprender a poner límites, a cuidarnos, a priorizar aquello que es importante para nosotros, a gestionar conflictos, a vivir nuestra vida con más coherencia.

Lo que viene siendo en el mejor de los casos, una revolución psicológica, un punto de inflexión en nuestras vidas.

Escuela de Coaching Personal y Profesional

EL LENGUAJE

Echeverría nos dice: “somos seres lingüísticos, habitamos en el lenguaje”. También nos dice: “El lenguaje es acción”. Necesitamos el lenguaje para pensar, para decidir, para relacionarnos, para conseguir objetivos, para actuar.

El lenguaje influye en el ser que somos, en cómo abordamos la vida, en la manera como interpretamos la realidad.

No solemos pararnos a pensar en el impacto que puede tener cómo nos hablamos a nosotros mismos. Nuestras conversaciones privadas. O nuestras conversaciones públicas.

Cómo nos comunicamos, hasta qué punto somos efectivos a la hora de relacionarnos con nosotros mismos, con los demás, incluso con la vida, con lo trascendente, con el misterio.

El lenguaje tiene un poder generativo que influye constantemente en nuestra realidad, en cómo observamos y cómo actuamos. Si nos decimos a nosotros mismos “no puedo, no soy capaz”, es muy probable que nuestra emocionalidad se vea afectada y que la realidad se despliegue en coherencia con ese pensamiento.

Numerosos estudios demuestran el impacto que determinadas palabras (con carga positiva o negativa) pueden llegar a tener en nuestra fisiología.

Hay palabras que tienen el poder de cambiar nuestra emocionalidad, nuestro pensamiento y nuestras acciones.

El trabajo con el lenguaje nos ofrece un enorme potencial transformador: así podemos revisar nuestras conversaciones públicas y privadas, identificar patrones, desarrollar nuevas habilidades, practicar conversaciones que nos resultan difíciles, etc.

El lenguaje tiene un poder generativo que influye constantemente en nuestra realidad, en cómo observamos y cómo actuamos.

EL OBSERVADOR

La ética del observador viene a decir que somos seres interpretativos que no tenemos acceso a la realidad, solo podemos interpretarla a través de nuestros sentidos y de las construcciones de nuestra mente.

Esto nos convierte a cada uno de nosotros en observadores diferentes en función de nuestro aprendizaje, de nuestra cultura, de nuestra historia personal y por tanto cada uno traemos horizontes de posibilidades diferentes para encarar una misma situación.

Desde esta perspectiva, el aprendizaje se produce cuando somos capaces de ampliar nuestro horizonte como observadores, cuando revisamos nuestros modelos mentales, nuestras creencias, nuestras certezas y descubrimos nuevas posibilidades, nuevas alternativas, caminos que antes no éramos capaces de vislumbrar, que nos posibilitan acciones nuevas que pueden llegar a tener un profundo poder transformador.

No tenemos acceso a la realidad, solo podemos interpretarla a través de nuestros sentidos y de las construcciones de nuestra mente.

PCC residencial

Echeverría le llama a esto cambio de observador y es algo que nos sucede muchas veces en la vida como consecuencia de las experiencias vividas. Son situaciones que nos hacen replantearnos ideas previas, que expanden nuestros límites, que nos desafían y que una vez integradas, nos hacen sentir que hemos madurado, que tenemos más recursos.

Por ejemplo, cuando empezamos a trabajar o vivimos un cambio de residencia o una ruptura de pareja o un cambio profesional… A veces son vivencias dolorosas, otras veces son vivencias desafiantes o emocionantes.

Una buena conversación, un buen libro, una película, también son situaciones en las que podemos experimentar interesantes cambios de observador.

El coaching trabaja en esta línea. A través de las preguntas y de la estructura de la conversación, buscamos que el cliente reflexione y encuentre nuevas perspectivas, nuevos puntos de vista que antes no estaba contemplando.

AUTOCONOCIMIENTO

Rafael Echeverría nos dice: “El camino que marcó Nietzsche, y que ha sido malinterpretado es el del concepto de Ubermensch, «superhombre», que comprende que para el ser humano su principal desafío en la vida es su propia superación, la transformación de si mismo hasta convertirse en el tipo de ser que cada cual aspira a ser».

El coaching está muy orientado a este propósito, al de convertirnos en nuestra mejor versión. La de transformarnos a nosotros mismos y afrontar el desafío de comprender nuestros propios patrones como observadores de nosotros mismos y de los sistemas en los que nos desenvolvemos, tomar consciencia y re-elegir entre las múltiples posibilidades que tenemos como espectro de elección.

El coaching ayuda a deconstruir perspectivas que ya no nos sirven o que nos limitan, a base de analizar costes y beneficios, lealtades o impedimentos, hasta llegar a poder decir qué es lo que nos conviene o dónde queremos llegar, comprometiéndonos con nosotros mismos.

Es decir abrir el abanico de posibilidades y llegar a convertirnos, como decía Nietzsche en quien queremos ser.

filosofía y coaching, Filosofía y Coaching: Rafael Echeverría

Alejandro García Lorenzo

Licenciado en Psicología por la UAM.
Especialización en Psicología Clínica.
Coach ACTP por el CEC.
Máster en Gestión de Equipos y Coaching por ISEB.

Apasionado estudiante de Filosofía en mis ratos libres y coordinador del Club de Lectura del CEC.

Con muchísimas ganas de aprender, vinculado a las humanidades y muy marcado por una historia de superación existencial. Acompaño en procesos de coaching y terapéuticos.