Por Miriam Ortiz de Zárate
Vivimos épocas en las que damos especial importancia a las empresas más jóvenes e innovadoras. Las famosas startup parecen estar de moda. Sin embargo, en el otro extremo, están las empresas más longevas, aquellas que han sido capaces de sobrevivir durante muchos años, evolucionando y adaptándose al paso del tiempo.
Con esta reflexión en mente, empecé a investigar y encontré que, del millón largo de empresas que existen actualmente en nuestro país, solo 42 tienen más de 100 años de historia. A modo de curiosidad, la empresa española más antigua (400 años), es Codorniu.
También encontré algunos datos sobre la esperanza de vida de las empresas españolas, que actualmente es de 11,6 años y descubrí que esta cifra ha bajado de manera muy significativa en las últimas décadas. Según una investigación realizada por Richard Foster, (Univ. De Yale), la esperanza de vida en las compañías americanas ha descendido 50 años en el último siglo. En España, la cifra es similar.
De manera que , mientras las personas ganamos esperanza de vida gracias a los avances médicos y socio -sanitarios, las empresas la pierden a marchas forzadas. Y esta es una tendencia que se está viendo en todo el mundo , excepto en Japón , que juega en una liga aparte, debido a su cultura tan especial.
Estos descubrimientos me trajeron nuevas preguntas: ¿Qué hace que algunas empresas tengan esta capacidad de supervivencia tan excepcional?, ¿Qué características y cualidades tienen? ¿Qué valores y principios rectores son aquellos que facilitan su supervivencia? Afortunadamente, otros se han hecho las mismas preguntas antes que yo, así es que pude encontrar varios estudios que coinciden en destacar una serie de factores o variables, de los cuales querría destacar algunas:
La primera variable tiene que ver con el foco: las empresas que sobreviven más años ponen su foco en la supervivencia y no tanto en generar beneficios, como es lo habitual para la mayoría de las organizaciones. Poner el foco en la supervivencia implica otros comportamientos vinculados a la longevidad, como la visión a largo plazo, el cuidado de las personas o la inquietud por trascender y llegar más allá, a través de las generaciones. Es lo contrario a la cultura del pelotazo que podemos encontrar en tantas empresas que tienen como objetivo principal ganar dinero, como esas estrellas fugaces que llegan, iluminan el cielo unos segundos y desaparecen rápidamente.
«mientras las personas ganamos esperanza de vida gracias a los avances médicos y socio -sanitarios, las empresas la pierden a marchas forzadas. «
Podemos hacer un paralelismo con los seres humanos. Cambia mucho nuestra percepción de las cosas, nuestra manera de organizar nuestras vidas, nuestra forma de planificar, el saber que vamos a vivir, de media, más de 80 años. Esto hace que nos cuidemos más , que deseemos llegar hasta el final con la máxima calidad de vida, poder disfrutar de una jubilación larga, tranquila, con recursos económicos, sin problemas de salud… ¿Qué cambiaría si nuestra esperanza de vida fuera de 30 años? En los setenta se puso de moda esa famosa frase de James Dean: “Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”. Había muchos jóvenes con esta filosofía que consumían drogas, vivían intensamente y morían jóvenes. Aquí́ no hay visión a largo plazo ni planificación, ni cuidado del cuerpo…
La segunda variable es la calidad. La calidad de los productos, los servicios o los procesos. Las empresas más longevas son muy reconocidas en todo el mundo por la elevada calidad de sus productos.
He trabajado como consultora muchos años y he conocido muchas empresas. La calidad aparece con muchísima frecuencia como uno de los valores principales. Sin embargo, las empresas que ponen el foco principal en generar beneficios pueden encontrar que la calidad se convierte, en determinados momentos, en un obstáculo. Cuando la presión de los resultados tensa la cuerda, tienden a ceder en calidad, mientras que las empresas con visión a largo plazo mantienen mejor esta tensión y por eso suelen ser más reconocidas por el mercado.
La tercera característica compartida por las empresas centenarias es que la mayoría son empresas familiares. Y este es otro elemento muy importante porque tiene una influencia muy importante en su cultura. Las empresas familiares son proyectos que trascienden una vida, que vienen de lejos y que desean sobrevivir en el futuro. A modo de ejemplo, Japón es una excepción a la regla en esta caída libre en los años de esperanza de vida de las empresas. En Japón tienen empresas con más de 1000 años de vida. Allí́ encontramos la empresa más antigua del mundo , que es una empresa familiar, por supuesto, la taberna Hosni Ryokan, hoy en día es un complejo hotelero con un balneario. Esta empresa se fundó en el año 718, así es que tiene 1289 años de antigüedad. Y su propietario actual es descendiente directo del fundador y mantiene el primer apellido Hoshi.
Es muy significativa la relación estrecha que hay entre las tres primeras variables. Por una parte, tenemos a los fundadores que construyen un proyecto, piensan en su descendencia y visualizan el crecimiento a largo plazo de un proyecto que continuarán sus hijos y después sus nietos. Aquí́ encontramos ya un sentido de trascendencia, de supervivencia a largo plazo. El deseo del patriarca de que los descendientes continúen con su labor.
Por otra parte, el vinculo que se crea entre empresa y familia es tan grande, que el legado de la empresa pasa a tener un significado muy importante para la familia. Muchas veces la empresa lleva su apellido, lo cual influye mucho en cómo las familias valoran y cuidan los productos y servicios que ofrecen a la sociedad. Esto tiene mucho que ver con la calidad.
Claro que el momento del cambio generacional siempre es delicado y muchas empresas no sobreviven a esto. Pero cuando pasan dos o tres generaciones y la transición generacional pasa a ser ya parte de los procesos naturales de la empresa, entonces la Compañía se consolida y coge mucha fuerza.
La cuarta variable, es la relación con las personas . Las empresas más longe vas atraen a personas que a su vez pasan muchos años en la compañía. Las empresas más longevas son las que tienen una media de antigüedad mayor entre sus empleados.
Formar parte de una empresa nos da un sentido de pertenencia que probablemente crece con los años. Seguramente las personas que llevan más años en una empresa se sienten parte a un nivel muy profundo… Forman parte de su historia, han vivido los hitos más importantes y han aportado una parte muy importante de su vida, además de mucho trabajo, mucha ilusión, mucho compromiso, mucha aportación… También reciben mucho, durante todos estos años. Este equilibrio entre el dar y el recibir, es muy importante. Genera un vinculo que puede llegar a ser muy profundo.
Las personas que trabajan en las empresas más longevas , sienten más orgullo de pertenencia. Claro que para que esto ocurra, es importante que se sientan cuidadas, valoradas, que sientan que pueden participar, que son tenidas en cuenta.
Cuando se dan estos ingredientes, el vinculo se hace muy profundo, Pueden llegar a sentir la empresa un poco como de la familia, como una parte muy importante de sus vidas. Compartiendo sus principios, sus valores, sus objetivos… como algo muy propio y personal.
La quinta variable es la innovación. Todos sabemos que el mundo se mueve muy deprisa y que el cambio se acelera cada vez más. De hecho, esta velocidad creciente es la causa principal del descenso de la esperanza de vida de las empresas, porque sobrevivir a largo plazo es un reto cada vez más complejo. En este escenario, el ancla es la innovación y la diversificación. Hay empresas que se instalan en el éxito se confían, sintiéndose invencibles, como le ocurrió a Nokia, una gran compañía con una larga historia que sucumbió cuando el mercado evolucionó hacia el Smartphone. No supieron ver el futuro que venia, no se subieron a ese carro, siguieron haciendo muy bien lo que sabían hacer y el mercado se los llevó por delante.
Si pensamos en empresas muy innovadoras, ¿Cuáles nos vienen a la mente? Tal vez Apple, Google, Amazon, Tesla… Cuando hablamos de innovar, lo primero que pensamos es en la innovación en productos y servicios, pero para estar en los primeros puestos de la lista, la innovación tiene que estar presente como un principio rector fundamental, en todos los ámbitos de la empresa.
La innovación es una actitud mental. Una actitud de apertura al aprendizaje constante, a la evolución y al cambio. Innovar exige darnos espacio para hacernos preguntas y cuestionarnos cosas. También exige coraje para probar cosas nuevas, afrontar retos y tomar riesgos.
De manera que Foco en la supervivencia, calidad, proyectos familiares, orientación a personas, innovación… Características admirables que podemos encontrar en las empresas más longevas de nuestro país como Mahou, Vichi Catalán, Banco Santander, Grupo Catalana de Occidente o Bodegas Osborne. Mi homenaje para todas ellas.