Formarse como coach es en realidad iniciar tres caminos. El primero, y el más importante, es el del autoconocimiento. Un profundo viaje al interior de cada uno con el fin de atreverse a ver lo que hay, lo que soy, lo que deseo ser, lo que tengo miedo de ser y la parte de mí con la que me peleo y no deseo ser. Un viaje que todos llevamos dentro de manera explícita o no, y que supone abrirnos a la dificultad del ser humano para afrontar muchos aspectos de la vida. Dificultad que depende en cada caso de las experiencias y vivencias que hayamos experimentado y que suponen en muchos casos, el origen de las barreras o bloqueos que nos impiden avanzar en la vida y lograr nuestros desafíos.

El segundo es el desarrollo de una serie de competencias relacionales. Competencias para gestionar mi relación conmigo, con los demás y con lo que me rodea en general, incluso para relacionarme con aspectos grandes de la vida como el propósito, la vocación, la vida o la muerte. Esta serie de competencias del “ser”, como las denominamos en el CEC, son un profundo cambio de mirada de la relación que tenemos con “lo demás” y “conmigo” y deben ser cultivadas con devoción dentro de nosotros, ya que no se trata de aprender teorías, sino de hacer diferente en base a un sentir y ser diferente.

Estas competencias no son tanto una herramienta a aplicar, sino más bien una transformación que aplicarse a uno mismo.

Este es un cambio que solo se puede hacer viajando al interior de uno mismo de la mano del primer camino, el del autoconocimiento. Una vez cultivadas, las competencias del ser pueden entrenarse desde “el hacer” y devenir en un nuevo ser lleno de posibilidades. Cuando las personas se acercan al aprendizaje del coaching en busca de herramientas de liderazgo y de desarrollo, son estas competencias lo que están demandando sin saberlo, solo que no son tanto una herramienta a aplicar, sino más bien una transformación que aplicarse a uno mismo.

El tercer camino y no por ello menos importante, sería el de la técnica del ejercicio de la profesión de coach. La forma de intervenir, el desde dónde, las preguntas y los silencios, la estructura de una sesión, de un proceso, etc… Un gran compendio de herramientas y habilidades adicionales que surgen de la base del autoconocimiento y las competencias del ser y que se consolida en el ejercicio de la profesión desde una profunda mirada ética, humana y basada en la excelencia.

formación coach coaching, El aprendizaje a través del cuerpo en la formación intensiva residencial

Cuando hablamos de cómo formar a las personas en estos tres caminos ¿en qué modalidad?, dentro de la oferta de CEC tenemos la posibilidad llevarlo a cabo en tres formatos. El clásico presencial, un segundo formato online que, tras la pandemia, se ha visto demostrado que es igual de eficaz que el presencial en todas sus dimensiones y finalmente un tercer formato o modalidad que es presencial y en formato residencial intensivo, durante 8 jornadas y media seguidas en la sierra de Madrid en un ambiente de concentración y foco y que ha supuesto todo viaje tanto para nosotros como escuela, como para los asistentes de las ediciones celebradas hasta el momento.

Cuando iniciamos hace más de seis años esta modalidad, no sabíamos en realidad la dimensión de lo que estábamos creando. El grado de profundidad y de conexión con la esencia del coaching y de la puesta al servicio del cliente que este formato iba a provocar en los futuros coaches.

Es cierto que en los otros formatos hay ventajas ineludibles. La capacidad de poder dedicar mayor cantidad de tiempo a estudiar los conceptos, a llevar a la práctica y a la acción lo experimentado en la clase ya sea online o presencial; la respuesta que me devuelve el mundo en el que comienzo a actuar de forma diferente; el compartir esta experiencia con los compañeros; la posibilidad de integrar mi proceso a un ritmo que lo sienta más asequible; y, obviamente, la mejor conciliación de esta aventura transformadora con el trabajo actual, la familia o la vida personal en general.

También es una realidad que la posibilidad de realizar de manera más pausada las prácticas de coaching o incluso de ir practicando con mis compañeros en prácticas adicionales de coaching fuera de las realizadas en el aula, semana tras semana, es una ventaja para el aprendizaje y además un tiempo para que estas prácticas puedan ser mucho más numerosas.

formación coach coaching, El aprendizaje a través del cuerpo en la formación intensiva residencial

Todo ello lo tuvimos en cuenta a la hora de diseñar este formato y nos llevó a incluir algunas modificaciones específicas. El proceso de coaching individual se inicia antes del retiro y continua después. Las sesiones de prácticas se inician durante el retiro y después hay encuentros programados online de prácticas supervisadas y feedback. El espacio para el estudio y la integración durante el retiro es sobre lo esencial y nuclear y después se abre un periodo de estudio y dudas, atención personalizada y mentorización, para que los alumnos integren los aspectos teóricos.

El camino del autoconocimiento de los alumnos se ha abierto a una mayor transformación y la energía del grupo ha generado un espacio aún mayor de confianza y posibilidad.

Todo esto ayuda a equiparar las dificultades del formato y genera una oportunidad de hacerlo posible. Además, este formato demostró en la práctica ser la única forma de acceder al coaching para personas con dificultades importantes de disponibilidad o de agenda si no creaban, de manera expresa, un espacio deliberado de dedicación y foco exclusivos.

Sin embargo, lo más nuclear ha sido comprobar que permanecer en convivencia durante 8 días y medio, ha posibilitado, por parte de CEC, poder tener la oportunidad de incluir un trabajo más profundo a nivel emocional y corporal. Como consecuencia, el camino del autoconocimiento de los alumnos se ha abierto a una mayor transformación y la energía del grupo ha generado un espacio aún mayor de confianza y posibilidad. La mente queda inevitablemente a un lado, apenas hay tiempo de estudiar más allá de lo esencial. El hemisferio derecho toma el espacio. El espacio de llena poco a poco de intuición, de coraje para probar cosas nuevas; se siente la energía emocional, la vibración del encuentro. La meditación, la presencia marcan una forma diferente de acercamiento al cliente. Surge una creatividad natural que abre mayor espacio de posibilidad. Y sobre todo, la profunda transformación interior que los asistentes experimentan de manera poliédrica desde diferentes dimensiones, fomentando la aparición de una nueva mirada integral.

La mente queda inevitablemente a un lado, apenas hay tiempo de estudiar más allá de lo esencial. El hemisferio derecho toma el espacio.

Analizando a posteriori este fenómeno tan llamativo. Solo queda reconocer una vez más que el desarrollo personal es un proceso integral de aprendizaje en el que el cuerpo es el principal elemento y que supone un catalizador y un enorme acelerador de procesos transformacionales. Es el cuerpo el elemento diferencial que aparece con mayor presencia en el formato de retiro y es en el cuerpo donde se producen los mayores anclajes del cambio de mirada de los alumnos que se acercan a esta aventura del coaching en este formato tan singular.

Aprender que no tenemos un cuerpo, sino que somos un cuerpo y que éste está asociado a la mente a través de las emociones y que no hay tres dominios separados sino un enorme sistema holístico en el que el cerebro es un cerebro corporeizado, es aprender más de quienes somos y de que tener las soluciones mentales a los problemas, dista mucho de estar en vías de actuar de forma diferente frente a ellos.

El desarrollo personal es un proceso integral de aprendizaje en el que el cuerpo es el principal elemento y que supone un catalizador y un enorme acelerador de procesos transformacionales.

Como formadores no podemos eludir esta gran evidencia, debemos abrirnos a las dimensiones corporales de manera integrativa con la globalidad de la persona, solo así podremos ayudar a incorporar esta dimensión en las sesiones de coaching de nuestros alumnos y en los procesos de coaching en general. El cuerpo y la meditación están desde hace ya mucho tiempo en todos los programas del CEC. Existiendo incluso un programa de especialización en Coaching Corporal.

Desde aquí en el CEC damos las gracias a los cientos de alumnos que en estos años han recorrido este camino y nos han permitido a nosotros recorrer el nuestro.

formación coach coaching, El aprendizaje a través del cuerpo en la formación intensiva residencial

José Manuel Sánchez

José Manuel Sánchez es Socio Fundador del CEC.. Su pasión es el coaching y el desarrollo humano en el ámbito profesional. Actualmente se dedica al desarrollo directivo y al coaching individual y grupal. Es Coach PCC por la ICF, formado en coaching ejecutivo, coaching de equipos y coaching sistémico. Es terapeuta Gestalt y Transpersonal. Formado en el programa SAT en Eneagrama y en Coaching Corporal por NewField. Ha realizado el programa PCI en In Copore y es facilitador de Seitai y de trabajo energético en el cuerpo. Es formador de meditación y Mindfulness e Instructor CCT del Compassion Institute.