¿Has pertenecido a un equipo donde los miembros no confían unos en otros?
¡Qué incómodo y qué improductivo! y lo peor…
Sin confianza no hay productividad.
La ausencia de confianza drena mucho la energía y hace que aparezcan dinámicas reactivas, en donde cada miembro se conecta con la necesidad de defenderse y por tanto no es posible aunarse para remar a favor del objetivo compartido.
Aunque haya un líder visionario que marque el camino, y los miembros del equipo individualmente sean muy capaces, nunca alcanzan todo su potencial si no tienen confianza unos con otros, es más, un equipo sin confianza, en mi opinión, no es un equipo.
Aparecen actitudes como:
• No comparten información
• No cooperan
• Tienen conversaciones críticas a escondidas
• Se generan luchas de poder
• No abordan abiertamente las diferencias, los conflictos se estancan
• Se enfocan en lo individual y pierden perspectiva de los resultados colectivos
La confianza o la ausencia de confianza es lo que nos ha permitido sobrevivir, hacer conexiones y vínculos con otros a nivel personal o profesional, y aun diría más, crear familias, empresas, países. No habría operaciones comerciales sin confianza.
¿Cómo mido si en mi equipo hay confianza o no?
¿Mi equipo me respalda?, ¿me dicen las cosas abiertamente o las hablan detrás de mi?, ¿si me equivoco lo utilizarán en mi contra?, ¿hay una agenda oculta?, ¿estarán ahí si los necesito?, ¿puedo apoyarme en ellos?, ¿darán lo que prometen? ¿puedo sentirme seguro y bajar la guardia en esta relación?
De esto va la confianza en los equipos, de sentirme seguro, y hay muchos miembros de equipos que no sienten esa seguridad. La incertidumbre en este sentido nos conecta con lo peor de nosotros, ya que los seres humanos estamos diseñados para ponernos reactivos ante la falta de seguridad.
Sin embargo, cuando hay confianza, cada miembro del equipo se siente a gusto y seguro, lo que le permite sacar lo mejor de si mismo a favor de la meta común. Los miembros se hacen más fuertes, sienten el apoyo de los demás, sienten que pertenecen a un equipo con un propósito y visión común y desde ahí están listos para ponerse al servicio y producir resultados extraordinarios.
La confianza es básica en los equipos. Como dice Patrick Lencioni, es la base de cualquier equipo, si no hay confianza, no se pueden abordan los temas que nos preocupan, las discusiones se mantienen en el tiempo, los problemas no se solucionan porque las personas no pueden hablar claro sobre lo que les pasa y se protegen.
Un equipo sin confianza no puede sentirse seguro ni libre para abrirse a cosas nuevas, crear, innovar, retarse, salir de su zona de confort, porque sienten que se ponen en situación de riesgo aportando ideas retadoras o innovadoras que pueden ser criticadas o juzgadas.
Salir de la zona de confort para traer iniciativas innovadoras, mostrar un pensamiento creativo, tiene cierto riesgo a nivel personal, y estaremos dispuestos a asumirlo sólo si confiamos en que las opiniones de los demás no irán orientadas a la crítica destructiva o las represalias.
La confianza se daña muy fácilmente, y es lenta de construir, pero se pueden hacer iniciativas para construirla y acelerar este proceso.
Nosotros, como coaches de equipo, acompañamos a los equipos a construir entornos de confianza, seguridad psicológica, para que cada miembro del equipo pueda ser transparente sin represalias, se cree un espacio donde quepa una comunicación abierta y comprometida para entre todos poder enfocarse en la visión común.
¿Te interesa saber cómo lo hacemos?
Creando las reglas del juego
Trabajamos con ellos para co- crear unas reglas del juego capaces de sostener una red de seguridad y un entorno en donde cada uno se pueda mostrar abiertamente y trabajar con la confianza de estar en un buen equipo que rema en la misma dirección con co-responsabilidad y compromiso.
Trabajando el propósito del equipo
Un equipo tiene que tener un propósito más transcendental que el mero objetivo económico, el propósito es el “para qué del equipo”, “cómo contribuimos”, “qué legado queremos dejar”, “a quién servimos”.
Es importante hacerles reflexionar sobre sus stakeholders, conocer sus necesidades, ya que el mayor motivador que tenemos las personas es saber que estamos creando un impacto trascendente, importante para alguien, que estamos mejorando en algo la sociedad, el mundo, el planeta.
Acordar un propósito da la confianza de pertenecer a un grupo de personas interesadas en crear un impacto, más allá de ellos mismos y la seguridad de que van en la misma dirección.
Co-creando la visión
Los acompañamos a co-crear quién quieren ser como equipo para cumplir los objetivos marcados por la organización, generando las conversaciones que necesitan para poder brillar juntos a favor de un reto común.
Fomentando una cultura de confianza en el equipo
Aunque la confianza se puede acelerar, es absolutamente básico mantenerla, ya que es frágil. Acompañando a los equipos a crear una cultura de confianza, se fomenta que el equipo, una vez terminado el acompañamiento tenga las pautas y parámetros para mantener el clima necesario para que esto se dé de forma natural.
Creando una comunicación honesta y efectiva
Hay muchos equipos que se ocultan la información, se comunican con conversaciones tóxicas y se enredan relacionalmente en dinámicas poco efectivas.
Acompañamos al equipo a que revise los impedimentos que tienen para comunicarse abiertamente, y generamos el espacio para que puedan empezar a comunicarse de una forma con mucho más sentido y efectividad.
Provocando que conozcan las personalidades del equipo
Trabajamos con ellos en que se conozcan, generando actividades, ejercicios y dinámicas para que esto suceda.
Una buena manera de generar confianza es conocer las personalidades de las personas, entender cómo son, los distintos perfiles, conocer su lado humano ayuda a entender y por tanto confiar.
Definiendo los valores del equipo
La diversidad en los valores produce una de las mayores fuentes de conflicto en los equipos. Cuando el conflicto viene por una falta de liderazgo, o por un tema de roles todo el mundo lo sabe, pero cuando el conflicto viene por un desacuerdo generado por distintos valores, no es tan clara la causa del conflicto y si no hay conversaciones sobre ellos, los conflictos se vuelven “irresolubles”
Pactar los valores del equipo y definir los comportamientos que honran estos valores es básico para generar la seguridad psicológica necesaria para crear equipos de alto rendimiento.
Indagando sobre las barreras para la confianza
Generar conversaciones sobre los impedimentos y qué eventos originaron la desconfianza, ayuda a generar transparencia en el equipo y la posibilidad de abordar las limitaciones, lleva a crear estrategias de equipo. Esto permite crear entre todos el espacio que necesitan para que la confianza pueda darse en el largo plazo.
Trabajando las toxinas de la relación
Una toxina que destruye la confianza y hace que el equipo se estanque muy habitualmente, es la CULPA. Señalar con el dedo al otro, hace que se genere un clima muy toxico y que la responsabilidad sobre los asuntos se diluya. Además de reducir la moral, es muy improductivo.
Cuando un equipo trabaja se comenten errores, especialmente en estos entornos de incertidumbre que estamos viviendo, y es muy fácil echar la culpa a alguien. Generar una cultura del error como fuente de aprendizaje para que no ocurra de nuevo, es fundamental para que estas toxinas no aparezcan y destruyan el clima y la seguridad del equipo. Nuestro acompañamiento en este sentido es, a que puedan tener esta mirada.
Garantizando la pertenencia
La pertenencia es un principio sistémico que se altera a menudo en los equipos, se producen exclusiones a veces inconscientes o no muy explicitas, que generan brechas, desigualdades y mucha desconfianza en algunos miembros.
Un equipo en el que la pertenencia se cuestiona, no es un lugar en el que nos podamos sentir seguros y por tanto no nos expondremos a confiar.
Incluso mediando en una relación rota
A veces hay en el equipo una rotura de confianza tan grande que imposibilita la relación entre dos miembros del equipo, lo que tiene un impacto muy negativo sobre el resto, en esos casos trabajamos con coaching de relación, realizando dinámicas y ejercicios para trabajar en esa relación y puedan pactar una nueva forma de relacionarse y de recuperar poco a poco la confianza, en beneficio de todo el equipo
Fomentando la co-responsabilidad
El liderazgo donde el líder es el que daba feedback para que el equipo mejorara, está muy anticuado, el equipo tiene que ejercer dinámicas de feedback y feedforward honesto para que el equipo se co-lidere hacia un objetivo común.
La profesión de Coach de equipos es apasionante, y su efecto es multiplicador, os animo a conocer más sobre ella.
Os invitamos a nuestros talleres gratuitos pinchando aquí.
Pilar García de Viedma
Coach MCC por la International Coach Federation.
Directora del Programa de Especialización en Coaching de Equipos.
Ha realizado estudios de especialización en Coaching Ejecutivo, Coaching de Equipos, Coach de Sistemas Relacionales y Organizacionales, Facilitación Sistémica, Master Coach en PNL, Liderazgo, Psicoterapia Gestalt, Psicoterapia Integrativa, Eneagrama y un largo etcétera (IESE, Escuela Europea de Coaching, IPG, Fundación Claudio Naranjo, ORSC, Talentum, John Grinder, Allan Santos, Joseph O´Connor, Robert Dilts, SCT Systemic, etc.).
Directora del Programa Coaching de Equipos.