Por Alicia E. Kaufmann y Lidia Héller

Recientes informaciones publicadas en diferentes medios relacionadas con la forma de gestionar la crisis de la pandemia señalan que las sociedades que mejor lo están haciendo, son aquellas lideradas por mujeres. Comienza así a aceptarse que tienen talentos innatos y adquiridos, únicos para el ejercicio del liderazgo. La pregunta que surge entonces es: qué liderazgo y qué competencias se requieren en estos momentos.

En contextos turbulentos e inciertos como los actuales, lo cierto es que existe carencia de liderazgos reflexivos que sepan contener y comprender a la población. A la hora de revisar los modos de liderar e incorporar competencias innovadoras, irrumpen las mujeres con estilos propios, espacios imaginativos y fórmulas para optimizar el tiempo y recursos escasos. No es tanto la búsqueda del poder lo que persiguen, sino resultados. ¿Cómo detectarlos, concretarlos y aplicarlos como modelos a seguir? ¿Cómo trascender los obstáculos que aparecen en el camino?

Competencias para un mundo incierto: Vulnerabilidad y resiliencia

¿Existen comunes denominadores entre las mujeres que están ejerciendo liderazgos en los momentos de crisis como los presentes? Con solo el 8% de mujeres jefas de Estado, es difícil sacar conclusiones contundentes y no es apropiado afirmar que sólo el género influye a la hora de liderar. Sin embargo se puede comprobar que la adversidad, las fortalece y les permite dar saltos cualitativos hacia adelante.

La noción de “límite y renuncia” aparece con mucha más frecuencia en mujeres que en hombres. En relación a lo vertiginoso de los cambios, a lo largo de la vida debemos plantearnos muchas veces: quiénes somos? de manera de poder ir redefiniendo nuestras identidades Creemos que después de la experiencia que estamos viviendo con esta pandemia a nivel global, al igual que con las Torres Gemelas, habrá un antes y después sobre el que tendremos que construir un nuevo Paradigma: “Una nueva normalidad”.

El estilo machista, narcisista que sólo se escucha a sí mismo, está caducando. Quien no se conoce a sí mismo, será incapaz de “conectar emocionalmente” con la gente, con sus interlocutores, con su familia, su entorno en general. Para ello hemos de abandonar ciertos comportamientos como suele ser el perfeccionismo que no es otra cosa que esconder los fallos y evitar los juicios por parte de los demás. Esta obsesión, sirve de poco, porque no existe la perfección y además nos quita tiempo y energía para focalizarnos en lo importante.

Otra competencia importante es “la vulnerabilidad”. Los Roosevelt eran expertos en el tema y la definían como “la emoción que sentimos en épocas de incertidumbre, riesgo y alta demanda emocional”. Existen varios mitos en derredor de la creencia que las personas vulnerables son débiles. Cuando éramos niños pensábamos que de mayores ya no seriamos vulnerables, sin embargo ser mayores es precisamente aceptar este nivel de sensibilidad. Aceptarlo en lugar de debilitarnos nos hace más fuertes, y ahí radica una de las claves del potencial y éxito del liderazgo femenino. Ángela Merkel fue la primera en anunciar y tomar medidas ante la pandemia, pese a las múltiples críticas que recibió en ese momento. Admitir esta cualidad es la que nos permite tener una auténtica conexión con la realidad. No podemos obtener fortaleza de un individualismo trasnochado. No existe un liderazgo potente sin vulnerabilidad señala Brene Brown.

Estamos viviendo una gran ansiedad por la cantidad de perdidas vitales, emocionales y laborales, que se están produciendo, pero solo atravesándolas podremos salir airosos en esta “Nueva normalidad”. Otra competencia, importante a desarrollar consiste en la “resiliencia”. El padre del concepto de resiliencia ha sido Boris Cyrulnik, siendo niño estuvo en un campo de concentración del cual se escapó a los 6 años. Era huérfano, de mayor estudió medicina para especializarse en trauma y resiliencia. La resiliencia es un término muy de moda en estos días, es el ingrediente principal para la autoestima y comienza a desarrollarse en los primeros años de vida. En esta etapa se cultiva en los niños la semilla de la confianza en sí mismos y ésta se alza como factor decisivo a la hora de luchar contra la adversidad: Una derrota deportiva, un ascenso no logrado, un despido antes de tiempo, pueden llegar a constituir un poderoso aliciente para los desafíos futuros para los individuos: en lugar de hundirse se superan.

En definitiva, las competencias que nos permiten pasar a la acción y superar momentos de adversidad son la convicción de la propia valía, el espíritu de lucha, el apoyo de los que te rodean, el recuerdo de los triunfos anteriores, la tolerancia ante la incertidumbre, admitir la vulnerabilidad. Brené Brown habla de no fustigarse con fracasos, sino tomarlo como aprendizaje y elemento de mejora. Algunas de estas competencias son también las que permiten enfrentar las derrotas y atrevernos no solo a adaptarnos a la sociedad, sino a “cambiarla”.

Para que una mujer pueda ejercer el liderazgo con poder hacen falta muchas condiciones ya que no se ejercen en el vacío.

En un mundo acostumbrado a ver “grandes hombres liderando”, surgen lideresas que están pilotando esta crisis, de acuerdo a sus experiencias vividas que han sabido transmitir mensajes claros y contundentes a sus audiencias y además todas tienen la virtud de “convertir a náufragos en navegantes”, competencias cruciales en momentos de incertidumbre, y adversidad.

Coaching en Tiempos de Pandemia IV. El arte de convertir al náufrago en navegante, COACHING EN TIEMPOS DE PANDEMIA IV El arte de “convertir a náufragos en navegantes”

www.aliciakaufmann.com
Twitter @aliciakauf

Alicia E. Kaufmann es coach ejecutiva, certificada en Londres como Analytic network coach. Catedrática UAH. Autora de más de 28 libros nominada tres veces mujer Top 100..socia OPUS (Londres), Ispso (N.York) Aecop e ICF (España).